Realidad
Infierno, para el más grande de los novelistas, Ernesto Sábato, y muchos otros como él.
Prodigio inexplicable, excepto en un mínimo no exactamente cartesiano.
Primero: hay algo que piensa y que siente. La negación de una mente y un cuerpo sujetos a cambios e influencias internas y externas es innegable
El "yo" y Lo Otro pues, nada como un síndrome abstinencial o un cáncer sin alivio y lento desarrollo para confirmar la mentira desvergonzada de los nuevaeras de que todo son montajes del cerebro, ilusiones.
Esto son REALIDADES.
De lo demás, sabemos muy poco, casi nada.