Libro editado en 1969 por editorial Plaza & Janés, Barcelona. Formato Tapas Duras.
Las armas que jugarán el papel más importante, en caso de que estallase una tercera guerra mundial, NO serán probablemente aquellas de las que más se habla hoy en día. Los cohetes, las bombas A o H serán superados.
Hace algunos años, trabajaba en Checoslovaquia un sabio al que llamaremos
B. Este profesor había reflexionado mucho sobre las posibilidades que ofrecía
la guerra bacteriológica. Para decir la verdad, él No era partidario de ella o,
mejor dicho, creía que era monstruoso hacerla a los seres humanos, los animales
o los vegetales. El profesor B tenía una idea mejor:
¿Pero, por qué? Un ejemplo nos dará idea de ello...
HACER LA GUERRA BACTERIOLÓGICA A LOS CARBURANTES Y A LOS LUBRICANTES.
Esto no es imposible. Existen, efectivamente,
microbios capaces de ACTUAR COMO FERMENTOS en el Petróleo, la Gasolina o el
Aceite lubricante.
Resultado: estos cuerpos se transforman entonces en gases volátiles, parecidos al metano, y ya no pueden, evidentemente, seguir siendo útiles.
Resultado: estos cuerpos se transforman entonces en gases volátiles, parecidos al metano, y ya no pueden, evidentemente, seguir siendo útiles.
Si se echan microbios en el
territorio del adversario, todas sus reservas de carburante quedarán destruidas.
No podrá seguir sosteniendo una guerra. El
laboratorio donde trabajaba el profesor B. no era difícil de disimular, en principio. Ubicado en las afueras
de Brno (República Checa), se le dio sencillamente la apariencia oficial de un pequeño laboratorio
de estudios sobre la reproducción de los musgos y helechos. Todo iba a
pedir de boca cuando en las altas
esferas alguien cometió una indiscreción. Inmediatamente una potencia
occidental hizo proposiciones al profesor B. Unas proposiciones sin dudas muy
ventajosas, ya que hoy en día continúa sus trabajos en Australia… o en una
región parecida.
El Mundo está lleno de
profesores B., que
intentan inventar “armas” de todas las
clases. Un cálculo reciente, establecido por los servicios franceses,
señala 805 investigaciones en otras tantas direcciones o sea 805 armas
posibles, cuya realización está actualmente más o menos adelantada.
Se trata de armas que, si
estuviesen en condiciones de funcionar, permitirían
probablemente un efecto de sorpresa
mucho más grande que el que ofrecen los medios clásicos o incluso los cohetes portadores de Bombas H. Se trata particularmente de
armas que están al alcance de los pequeños países. La gran batalla del espionaje moderno, cuyo esquema es casi el
mismo en todo el mundo, se libra en
torno a estas novedades.
JACQUES BERGIER
"La Guerra Secreta"
1969, Plaza & Janés S.A , Barcelona.